
Estuve en unos días raros de soledad y aislamiento. Realmente pensando en cosas que ya han pasado, y haciendo nuevamente alusión al efecto de la memoria sobre el olvido y el recuerdo reverberante que no nos permite comenzar de cero, en estos dias se ha estado haciendo carne. Los recuerdos afloran y el olvido, se olvida. Y el tiempo hace notar su paso, orgulloso, implacable, omnipotente... y alli queda nuestra memoria firme, sin perder un segundo de recuerdo, haciendo caso omiso... Y alli estamos, tratando de sacar conculsiones, intentando hacer balances, y creyendo que el tiempo todo lo borra y todo lo mejora. Y sin embargo, el tiempo pasa y lo único que logra es dejarnos más arrugados y canosos, pero no más desmemoriados. Será que somos la rencarnacion de funes? o será que, como dice el maestro, el olvido está lleno de memoria... El traicionero reloj da vueltas, y la huella de nuestro pasado queda intacta... Disculpen la melancolía... Salud, y hasta la próxima! Les dejo una hermosa letra del maestro Pablo Milanés, para el recuerdo....
"El tiempo, el implacable, el que pasó
El tiempo, el implacable, el que pasó, siempre una huella triste nos dejó, qué violento cimiento se forjó llevaremos sus marcas imborrables. Aferrarse a las cosas detenidas es ausentarse un poco de la vida. La vida que es tan corta al parecer cuando se han hecho cosas sin querer. En este breve ciclo en que pasamos cada paso se da porque se sienta. Al hacer un recuento ya nos vamos y la vida pasó sin darnos cuenta. Cada paso anterior deja una huella que lejos de borrarse se incorpora a tu saco tan lleno de recuerdos que cuando menos se imagina afloran. Porque el tiempo, el implacable, el que pasó, siempre una huella triste nos dejó"