jueves, 21 de mayo de 2009

Cronicas de la ciudad de buenos aires...



En estos dias estuve leyendo a galeano, gracias a mi amiga Andina que paro unos dias en baires (Ana, ustedes los porteños no prenden la calefaccion en las casas!! - y ella que viene de la patagonia...-) y, gracias a la susodicha, que , al igual que yo, tiene la costumbre de revisar las bibliotecas de sus anfitriones (que hay mejor que eso?? ) me encontró escondido "El libro de los abrazos", de Galeano. Aun con sus páginas amarillentas, y robado de quien sabe que biblioteca de algun primo o tia, desde que quedo arriba de la mesa no pare de leerlo, y cada relato despierta en mí una sonrisa. Tal vez a modo de despedida, o de nostalgia anticipada por mi querida pero extremadamente humeda Buenos Aires, decidi copiar al maestro y citar sus cronicas de mi ciudad, aunque admito que todas las crónicas de las diferentes ciudades latinoamericanas que cita, y a las que tuve la oportunidad de conocer, no tienen nada de erroneo, y me dibujan una sonrisa al leerlas. Este sera su libro de los abrazos, pero de algo estoy segura, Buenos Aires es la ciudad de los encuentros con abrazos, a pesar de sus 13 o mas millones de almitas... El mundo es un pañuelo!! y en buenos aires tienen uno de esos lindos y bordaditos por las abuelas...

Disfruten!!!





"Crónica de la ciudad de Buenos Aires


A mediados de 1984, viajé al río de la Plata.

Hacía once años que faltaba de Montevideo; hacía ocho años que faltaba de Buenos Aires. De Montevideo me había marchado porque no me gusta estar preso; de Buenos Aires, porque no me gusta estar muerto. Pero ya en 1984 la dictadura militar argentina se había ido, dejando a su paso un imborrable rastro de sangre y mugre, y la dictadura militar uruguaya se estaba yendo.

Yo acababa de llegar a Buenos Aires. No había avisado a los amigos. Quería que los encuentros ocurrieran sin hacerlos.

Un periodista de la televisión holandesa, que me había acompañado en el viaje, me estaba entrevistando frente a la puerta de la que había sido mi casa. El periodista me preguntó qué se había hecho de un cuadro que yo tenía en mi casa, la pintura de un puerto para llegar y no para marcharse, un puerto para decir hola y no adiós, y yo empecé a contestarle con la mirada clavada en el ojo rojo de la cámara. Le dije que no sabía adónde había ido a parar ese cuadro, ni adónde había ido a para su autor, el negro Emilio, Emilio Casablanca: el cuadro y Emilio se me habían perdido en la niebla, como tantas otras gentes y cosas tragadas por aquellos años de terror y lejanía.

Mientras yo hablaba, advertí que una sombra venía caminando por detrás de la cámara y se quedaba a un costado, esperando. Cuando terminé, y el ojo rojo de la cámara se apagó, moví la cabeza y lo vi. En aquella ciudad de trece millones de habitantes, el negro Emilio había llegado hasta esa esquina, por pura casualidad, o como se llame eso, y estaba en aquel preciso lugar en el instante preciso. Nos abrazamos bailando, y después de mucho abrazo Emilio me contó que hacía dos semanas que venía soñando que yo volvía, noche tras noche, y que ahora no lo podía creer.

Y no lo creyó. Esa noche me llamó por teléfono al hotel y me preguntó si yo no era sueño o borrachera."

Eduardo Galeano, El libro de los abrazos

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste imaginarme por esas calles llenas de furia de la ciudad de Buenos Aires. Me alegro mucho de volver a saber de ti y de que volvieras. Te deseo lo mejor y un placer leerte otra vez. Besos y cuídate. Gracias por todo. Hasta pronto.

Tavo dijo...

Algo pasa... No se que pero estan tocando nuestras cabezas.
últimamente con Maria también estamos hablando de la dictadura y no es lo que vos estas trasmitiendo pero da la casualidad que es como un eslabón lo que escribe Galeano...
Por lo otro que te pasa, creo que gran parte de vos no se quiere ir de Buenos Aires... eso me da cosita...
Igualmente no aflojes te va ir muy bien,nos hablamos.
Saludos

María de Jesús dijo...

Hermoso Ana! Me gustó mucho el fragmento, y a pesar de tanta humedad y barullo, Buenos Aires tiene un no se que...que la hace muy especial

AnaKarenina dijo...

no es que no me quiero ir de baires, es q me da nostalgia y siempre lo va a hacer, es mi ciudad. Igual sigo con ansias de la patagonia, eso no se modifica, jaja. Me convenzo mas y mas cada dia cuando voy de un laburo al otro y tengo que subirme al bondi, tren, y /o subte... besos!!

Anónimo dijo...

¿Cómo va todo por aquí? Espero que bien. Muchos besos, amiga y que no cese tu viento. Cuídate.

Andina dijo...

Anita....
perdón, no puedo evitar curosear en la biblioetcas...
Además, recordas que te lei un par en voz alta, en esa mesa mientras mateabamos?
Gracias...gracias por seguir mis locuras....
te quiero!

AnaKarenina dijo...

Andi querida, que haria sin vos? me abriste las puertas a la felicidad... gracias te digo yo, personita especial, loca linda.
TQM
besos
Any

Anónimo dijo...

Aunque parece que desapareciste de estos mundillos, vine a desearte una muy feliz Navidad. Espero que estés genial. Un fuerte abrazo y cuídate.

Diegol dijo...

Te felicito por cumplir tu sueño, tu viejo anhelo.
Ojalá todo vaya como lo soñaste...


Felicidades!!

Diego Escribano dijo...

Interesante crónica. Multiplica mis ganas de viajar a Buenos Aires.
Un saludo desde Brasil

ALATRISTE dijo...

En otra vida nos leíamos mutuamente. Soy Ramón/Alatriste de El desván del poeta.
Me entró la nostalgia y me puse a buscar las viejas amistades.
Estoy en Facebook como Ramón Martínez Martín, por si quieres retomar el contacto.
Espero que estés muy bien.
Saludos.